Ahora sentid y escuchad interiormente vuestro tono, vuestro propio
tono, vuestro propio sonido. Cada uno tiene un sonido propio. Y permitid
que ese tono, ese sonido, vibre. Hasta que lo haga con mucha pureza. Un
sonido puro. Vuestra pareja, u otra persona a la que améis y con la que
sabéis que estáis unidos, también tiene un
sonido. Y tratáis de escuchar ese sonido hasta llegar a hacerlo, hasta
que escuchéis el sonido puro. Y este sonido es distinto del vuestro. Y
sin embargo también es un sonido puro. Y ahora, escuchad para ver si
estos dos sonidos están en armonía. Aunque sean distintos, vibran en
armonía, en una armonía pura. Y de esa manera, ambos estáis unidos desde
un lugar muy profundo. A pesar de ser distintos, sonáis juntos.
Cuando trabajo con una persona, escucho el sonido de esa persona y la otra persona escucha mi sonido. Y yo espero hasta que el sonido de esa persona y el mío vibren juntos. Entonces sí puedo trabajar.
Cuando trabajo con una persona, escucho el sonido de esa persona y la otra persona escucha mi sonido. Y yo espero hasta que el sonido de esa persona y el mío vibren juntos. Entonces sí puedo trabajar.