martes, 20 de diciembre de 2011

"La Buena Conciencia"


Lo que aquí explico, por lo general choca en un comienzo con una gran resistencia pues se trata de la despedida de la buena conciencia. Por eso no estoy muy seguro cuánto debo decir aquí sobre el tema.

La buena conciencia valía hasta ahora como nuestro bien más preciado, como si fuese la voz de Dios en nuestra alma, a quien siempre y en todo momento debemos seguir, aun cuando ella exija lo último de nosotros y decida sobre la vida y la muerte, tanto en esta vida como en una posterior después de nuestra muerte.

A través de la Constelación Familiar y a través de mi consecuente utilización del método fenomenológico sobre la conciencia salió a la luz que cada persona tiene una buena conciencia diferente. Como consecuencia de esto los pequeños y grandes conflictos surgen de la lucha por la hegemonía entre dos conciencias distintas – también casi todas las guerras.

¿Qué es entonces lo que conduce a la paz duradera? La superación de la propia buena conciencia a través del reconocimiento de que la otra buena conciencia tiene el mismo valor. Ella conduce al amor al prójimo más allá de los límites de nuestra buena conciencia, en concordancia con un movimiento espiritual dedicado a todo tal como es, porque ella proviene de ese movimiento, sin nuestras diferenciaciones de bueno y malo o aceptado por Dios o rechazado por él.


Bert Hellinger